El polvo de yema de huevo es un ingrediente alimentario natural hecho de yemas de huevo frescas a través de técnicas modernas de procesamiento, como la esterilización a baja temperatura y el secado por pulverización. Su historia se remonta al reconocimiento temprano y la utilización de la humanidad del valor nutricional de los huevos. China tiene una larga tradición de enriquecer dietas con productos de huevo, como lo demuestran las técnicas de huevos preservadas registradas en textos antiguos como "Qimin Yaoshu" (técnicas esenciales para la gente común), que demuestra sabiduría ancestral en la preservación de los huevos. Con los avances tecnológicos en la industria alimentaria del siglo XX, la maduración del secado por pulverización permitió la producción industrializada de polvo de yema de huevo. Esta innovación no solo conserva el alto valor nutricional de las yemas de huevo, sino que también resuelve los desafíos de la perecedibilidad de los huevos frescos y el almacenamiento/transporte inconveniente.
Como integración modelo de la cultura dietética tradicional y la tecnología moderna, el polvo de yema de huevo conserva componentes nutricionales completos, incluida la lecitina (más del 60% de contenido), proteínas de alta calidad, vitaminas y minerales. El procesamiento científico conserva efectivamente micronutrientes como la colina y la luteína. La producción se adhiere estrictamente a los estándares de seguridad alimentaria, implementando múltiples procedimientos de esterilización que cumplen con las regulaciones nacionales de fabricación de alimentos.
Hoy, el polvo de yema de huevo ha ganado una extensa aplicación en horneado, condimentos, alimentos complementarios infantiles y productos de salud debido a su conveniencia y estabilidad nutricional. Mantiene la reputación de los huevos como un "alimento nutricional completo" mientras cumple con las demandas modernas de la industria alimentaria de ingredientes estandarizados. Los fabricantes optimizan continuamente las tecnologías de procesamiento, empleando técnicas como el secado instantáneo a baja temperatura para maximizar la retención de sabores naturales y componentes bioactivos. Esto proporciona a los consumidores fuentes de proteínas seguras y de alta calidad, que muestran la vitalidad innovadora de los ingredientes tradicionales empoderados por la ciencia y la tecnología modernas.